¿Por qué se rasca mi perro?

Esta es una de las preguntas que mas a menudo se hacen los propietarios de los perros cuando acuden a nuestra consulta y es que debemos saber que la piel representa el órgano más extenso del cuerpo de los animales y es uno de los más importantes.

De hecho, no es solo una frontera física entre el medio interno y externo del cuerpo, sino que tiene funciones propias entre las cuales se encuentran; las de mantener la integridad del organismo (evitando la pérdida de agua), sirviendo de barrera protectora frente a sustancias químicas, participando en procesos inflamatorios, siendo receptora de funciones sensoriales como el tacto, la presión, el dolor y el prurito, además de tener una misión importante en la termorregulación de nuestros animales.

Generalmente cuando hablamos en términos coloquiales de que “mi perro se rasca”, debemos ajustarnos al termino: “mi perro tiene PRURITO”, término que define a esa sensación cutánea desagradable y subjetiva que desencadena una respuesta motora que es el rascado.

Durante los últimos años y en medicina humana, se han realizado avances muy importantes en la comprensión de la neurofisiología del prurito y se ha visto que la severidad de esta sensación depende de varios factores, entre los que se encuentran el estado de las terminaciones y de las vías nerviosas, donde los estímulos desencadenantes de esta sensación de rascado se captan y se transmiten.

En este proceso interviene una serie de moléculas mediadoras del prurito entre las que se encuentran: histamina, prostanoides, proteasas, interleuquinas, sustancia P, opioides, neurotrofinas entre otras, lo que hace que sea un proceso complejo.

Una de las principales causas dermatológicas por la que acude un propietario de un perro o un gato a la consulta de un veterinario, es el prurito o rascado, además de otras como pueden ser: alopecia (falta de pelo), nódulos o tumores, parásitos externos (pulgas y garrapatas principalmente), mal olor (seborrea) o también por problemas con base inmunomediada (mucho más complejos y severos)

Este prurito en nuestra mascota es un signo que se manifiesta con rascado, lamido, mordisqueo y/o arrastre, produciendo lesiones que nunca pueden considerarse una enfermedad en sí misma, sino un signo clínico de otro proceso patológico.

En la consulta de dermatología es frecuente preguntar a los propietarios en que forma apareció el prurito, cómo evolucionó a lo largo del tiempo y la estacionalidad de este, es decir cuando es más habitual que se manifieste.

Para esta valoración utilizaremos una escala analógica visual (VAS) que permite cuantificar muy fácilmente del 0 a 10 la gravedad del picor de nuestra mascota.

Seguidamente vamos a repasar algunas de las principales causas que provocan prurito en nuestras mascotas.

DERMATOPATIAS PARASITARIAS.

De las causas más comunes que provocan prurito en nuestras mascotas    están las causas parasitarias, entre las que podemos destacar por ser más habituales, las siguientes:

  • Demodicosis: producida por un acaro llamado Demodex canis y que afecta a la piel de forma localizada o generalizada. El prurito que conlleva la presencia de éste parasito en el interior del folículo del pelo, es de moderado a grave.
  • Sarna sarcóptica: proceso provocado por la presencia de otro acaro llamado Sarcoptes scabiei y que afecta principalmente a pabellones auriculares, codos y flancos de perros principalmente. Producen un prurito elevado y constante.
  • Cheiletiellosis: también llamada “caspa andante”, poco común en perros y con un síntoma principal como es el exceso de descamación especialmente en la línea medial dorsal de la espalda. El prurito que ocasiona es moderado.
  • Ácaros de los oídos: Causado por la infestación de Otodectes cynotis que vive en la superficie de la piel y en los conductos auditivos. A veces el rascado de los pabellones de forma continua, nos alerta de la presencia de este parásito en el interior del conducto auditivo.

DERMATOPATIAS INFECCIOSAS

Las infecciones bacterianas también afectan a la piel de nuestros perros produciendo prurito más o menos intenso. Las más frecuentes suelen ser:  piodermas superficiales, dermatitis por Malassezia, pododermatitis bacteriana, dermatofitosis entre otras.

Suelen presentar un prurito moderado dependiendo de la severidad de las lesiones que conllevan la presencia de estas patologías en la piel de nuestros perros.

  REACCIONES ADVERSAS A LOS ALIMENTOS. (RAA)

Considerada como la tercera dermatosis alérgica en el perro y la segunda en el gato.

La “alergia alimentaria” se define como una reacción adversa alimentaria caracterizada por una respuesta anormal o exagerada frente a la ingestión de un alimento o un aditivo alimentario (trofoalergeno) en la que intervienen mecanismos inmunomediados.

Existen reacciones adversas alimentaria cuya etiología no implica un mecanismo inmunomediado (causas tóxicas, farmacológicas, idiosincrásicas, metabólicas), y aunque parecen ser muy frecuentes en medicina humana, no los son tanto en medicina veterinaria. Son las llamadas “intolerancias alimentarias”. Como en la práctica clínica es muy difícil determinar si se trata de un tipo u otro de reacción, de forma práctica, se utiliza el termino de “reacción adversa alimentaria” para englobar así a todas aquellas manifestaciones clínicas que aparecen como consecuencia de la ingestión de un alimento o aditivo alimentario.

El síntoma predominante es el prurito, no estacional y generalizado, cuya distribución en muchos casos tiene un patrón similar al de la dermatitis atópica (cara, orejas, axilas, íngles, periné, extremidades distales.)

El método diagnostico para diagnosticar una reacción adversa en es el empleo de un ensayo dietético que consiste en una dieta de eliminación (durante 6 a 8 semanas) hasta conseguir la resolución de los signos clínicos para, después, realizar una dieta de provocación que nos permita averiguar cuál es el alimento o alimentos que provocan la reacción alérgica en nuestro perro.

DERMATITIS ATOPICA

De forma sencilla se puede definir la dermatitis atópica como la manifestación cutánea de la atopia. Actualmente la atopia se define como una predisposición genética a desarrollar una hipersensibilidad mediada por IgE frente a diferentes alergenos medioambientales.

Puede afectar a cualquier raza, pero hoy día hay predisposición a determinadas razas y la edad más frecuente de presentación varía entre los 3 meses y los 3 años.

El prurito es la manifestación más relevante de la dermatitis atópica. Más que un signo clínico se puede considerar la enfermedad en sí misma, dado que la causa no se puede eliminar en la mayoría de los casos y queda un prurito cronificado.

Cómo ya hemos visto antes, entendemos el prurito como una sensación desagradable que provoca el deseo de rascarse. El rascado al aliviar el prurito es una fuente de placer, lo que incita a más rascado. Esto daña aún más una barrera cutánea ya alterada en su función por la inflamación existente de base en la piel de perros atópicos. La barrera se hace más permeable por lo que es más susceptible a la entrada de pruritógenos exógenos y, por tanto, a desarrollar reacciones de hipersensibilidad tipo 1 (mediada por IgE, causada por alérgenos) o reacciones inflamatorias directas (no mediadas por IgE).

Esto provoca inflamación cutánea y con ello se liberan los mediadores de la inflamación, que en la mayoría de los casos también son mediadores del prurito. A mayor prurito, mayor rascado y empeoramiento de la condición cutánea. Con la cronicidad del ciclo picor-rascado se observan una serie cambios en la piel: hiperpigmentación, liquenificación y sobrecrecimiento bacteriano.

Los fármacos que se manejan para el tratamiento de la dermatitis atópica son: los glucocorticoides, la ciclosporina, el oclactinib y el lokivetmab.

El objetivo es controlar el prurito, la inflamación, las infecciones, las alteraciones en la barrera cutánea, y las reacciones de hipersensibilidad tipo 1 frente a los alérgenos.

Por último, hay que reseñar otras dermatopatías que afectan a la piel de nuestros perros y que conllevan a la aparición de prurito, y entre ellas se encuentran:

Dermatopatias autoinmunes o inmunomedidas: pénfigo foliáceo, reacción a fármacos, lupus eritematoso, dermatosis pustular subcorneal, etc son algunas de ellas con prurito variable según la extensión de las lesiones y la cronicidad de estas.

Neoplasicas: Son muchos los procesos neoplásicos que afectan a la piel de nuestros perros y también a los gatos. Cabe destacar entre otros los mastocitomas y el linfoma epiteliotropo como algunos de los que manifiestan mas prurito o rascado.

Por tanto, para finalizar, tenemos que entender lo que conlleva el que nuestro perro se rasque (hablando coloquialmente) ya que, en la mayoría de los casos, implica la existencia de una dermatopatía (algunas de las cuales hemos visto anteriormente) y que necesitan de la exploración y visita de un especialista en problemas de piel.

Juan Francisco Sánchez Cárdenas